Es, probablemente, uno de los iconos más destacables de las pick up americanas. Como bien dicen en Ford, si hay algo que tienen sus coches es que muchos de ellos son pasionales. Y desde luego, la Ford Ranger Platinum, lo es. Es grande (quizá demasiado), potente y salvaje. Y el campo para esta bestia con motor V6 es su patio de recreo. Se lo come todo. Y pese a que han dejado algunas asignaturas pendientes que llaman la atención en el interior de esta pick up, lo cierto es que este ha sido uno de los coches que más hemos disfrutado en CHASIS CERO.
Al volante de esta Ford Ranger Platinum te sobra todo lujo, todo confort y todo lo que quieren vender. Sobretodo si metes esta pick up en su medio natural: el campo. Es un monstruo 4x4 que hace del campo su terreno natural y que realmente se come cualquier obstáculo. Quitando su gran tamaño, que a veces juega a su favor y otras en su contra, lo cierto es que es un todoterreno impresionante que te hará comerte la montaña con una sonrisa de oreja a oreja. Eso siempre que no atiendas a otras cuestiones que Ford ha dejado atrás.
UNA PICK UP POR EXCELENCIA
La Ford Ranger Platinum es una de las versiones más premium del modelo sin llegar a la todopoderosa Raptor. No queremos insistir en lo obvio, pero se trata de una evidente herramienta de trabajo. Y qué herramienta. Soporta una carga útil de 1.200 kilogramos, tiene una capacidad de remolque de 3.500 kilogramos. Lo decimos porque más de uno se sentirá tentado de comprarse este aparato, pues levanta pasiones allá donde va.
Este modelo se diferencia de los más básicos en las llantas de 20 pulgadas, los faros LED sin deslumbramiento, detalles estéticos como la parrilla cromada, asientos de cuero con calefacción y ventilación (además de posiciones), sistema de sonido B&O y algunos gadgets tecnológicos como la cámara de visión de 360º (que ya la criticaremos más adelante por una cuestión). El precio de salida de este modelo es de 59.653 euros. Y los vale.
UN MOTOR MÁS QUE SUFICIENTE
La Ford Ranger Platinum no es la Raptor, pero no tiene tanto que envidiarle. Motor turbodiésel V6 de 2.993 cc y 241 caballos, aceleración de 0 a 100 kilómetros por hora en 8,7 segundos, un peso de 2.358 kilos y un consumo medio que supera los 10 litros a los 100 kilómetros, aunque en un viaje en autovía a velocidad constante se puede reducir a unos 9 litros sin problema.
El motor no es su gran atractivo, pero sorprende. No hace el ruido que uno se esperaría con una Raptor, pero lo cierto es que el V6 responde bien a los más de 2.000 kilogramos que pesa esta bestia. Y moverlos en plena pendiente arenosa no es precisamente fácil. Motor suficiente, consumo no disparado y relación calidad precio más que decente. En cuanto al motor, no hay mucho que criticar. Habrá quien deje caer el asunto del consumo, pero reconocemos que es más comedido de lo esperado. Además de que el mismo es lo suficientemente elástico como para reducirlo en viajes. Ahora bien, con la tracción total y las revoluciones altas, prepara la cartera. Pero como con todas las pick up 4x4.
NO SE ESMERARON EN LA PANTALLA
Si hay una crítica que podemos hacerle a esta Ford Ranger Platinum, no estará relacionado con sus capacidades off-road. Sin embargo, la parte multimedia de esta pick up deja bastante que desear. No sabemos si será un problema de esta unidad o de falta de una actualización, pero la consola central, que acapara todo el salpicadero prácticamente, no funciona con toda la soltura que uno desearía. Acostumbrados al empuje de los eléctricos y del desarrollo multimedia, lo cierto es que choca que un vehículo de 60.000 euros presente una pantalla que funciona lenta y sin demasiada soltura.
En ella se maneja todo. Desde los ajustes y las personalizaciones de las prestaciones del vehículo (y las ayudas a la conducción), como toda la conectividad con el teléfono.
Esto no significa que el manos libres o el GPS (una vez puesto) funcione mal. Pero manejarte y moverte dentro de la consola puede ser ciertamente desesperante en algunas ocasiones.
UN INTERIOR CON CONTRASTES
Asientos de cuero, volante multifunción, climatización… en definitiva, lo básico. Y bien hecho. El coche es cómodo y te incita al viaje. En este medio hemos probado (y viajado) con otras pick ups y no han sido precisamente agradables para viajes largos. Quitando el fallo de la pantalla, el manejo de este coche es intuitivo. Y la parte off-road, más.
Solo pesa en ocasiones el excesivo uso de plástico, que contrasta con el uso de unos asientos de cuero de calidad o de un sistema de sonido más premium de lo esperado. Quitando eso, el interior es cómodo y correcto para ponerte manos a la obra con lo que pide esta bestia: llevarla al campo a pasear.
EN SU MEDIO NATURAL
Es meter esta Ford Ranger Platinum en plena montaña y entender por qué este modelo se ha llevado tantos premios. Todo lo anteriormente dicho se olvida en el mismo momento en el que metes las ruedas en terreno pantanoso. Es ahí cuando esta pick up 4x4 se transforma. Y decimos 4x4 porque con una simple rueda ubicada donde debería estar el viejo freno de mano podemos elegir si poner la tracción total, la 2x4 o la reductora. Además de que con otro botón activamos el control de pendiente.
La suspensión delantera es una delicia. Dobles trapecios, resorte helicoidal y barra estabilizadora. Y la trasera hace que otras pick up, como la Hilux, queden en un noble segundo lugar, pues es un eje rígido con ballestas más trabajado de lo que parece, que no hace que salte la parte trasera en los obstáculos. Con esto, todo lo demás es un paseo por el parque.
Los socavones no se notan, pero cuando decides llevar y enfilar la Ranger al terreno más off-road, lo cierto es que es cuando se dibuja una sonrisa de oreja a oreja en tu cara. La respuesta de la suspensión acompañada de ese motor V6 turboalimentado hace que cualquier terreno, incluido el pantanoso, sea fácil. Eso sí, es fundamental activar una vez se vaya por pista o por trialeras la tracción total, pues la estabilidad de esta bestia se ve comprometida si se deja la tracción 2x4.
La metimos por pista, la metimos por barro, la metimos por trialeras y la metimos por agua. Y en todos los casos respondió con sobresaliente sin apenas sentir los resaltos en el interior. El único problema que le hemos encontrado a esta Ford Ranger Platinum son las dimensiones. La excesiva distancia entre ejes hace que atacar colinas o desniveles pronunciados sea peligroso (pues puede chocar la parte inferior del vehículo), aunque el ángulo de ataque es más que sobresaliente también.
Al mismo tiempo, si necesitas trabajar con esta pick up por caminos estrechos, lo puedes pasar mal en algunas zonas de la sierra, pues dar marcha atrás y recorrer el camino recorrido con un vehículo que mide 5.3 metros de largo, 1.9 metros de ancho y 1.8 de alto no es fácil (y nos ha pasado).
Quitando las excesivas dimensiones, que también pueden ser motivo de atractivo y que solo “criticamos” en su vocación off-road, lo cierto es que no hemos probado una máquina que se desenvuelva tan bien en plena montaña.
LO MÁS RADICAL
La hemos llevado al límite y responde de maravilla. La reductora y el control de pendiente es tremendamente eficaz y hace que sea un paseo por el parque subir una pendiente empinada con barro, arena suelta o incluso agua. Solo el Ford Bronco podría romper los límites de esta Ranger, que como pick up de clara vocación off-road es absolutamente inmejorable.
También hemos tratado el agua. Su respuesta es positiva. Solo quizá los asistentes de conducción y los sensores de colisión los que no están adaptados a la idea de meter esta Ford Ranger en un río de cierta profundidad. Quitando esos pitidos (desconectares), lo cierto es que la Ford Ranger salió sin el más mínimo problema del apuro.
Sobre si subimos colinas o montículos empinados, es otro cantar. La gran altura resta visibilidad hasta el punto de que nos pueden dejar ciegos, pero Ford lo ha solucionado colocando una cámara de calidad tanto atrás como delante, que hace que cuando estamos subiendo una colina podamos ver dónde están las ruedas y si vamos a pisar una piedra o un terreno mal ubicado. Pero lo dicho, hay que tener cuidado con las dimensiones porque parece fácil tocar las estriberas o la parte inferior del coche si la colina es más aguda de lo esperado.
LAS CÁMARAS, BIEN Y MAL PENSADAS
Esta Ford sigue la misma dinámica del resto de los nuevos modelos que salen al mercado. Y las cámaras no iban a ser menos. Cámara trasera, cámara 360º y cámara delantera que, como decíamos, es más que útil subiendo pendientes. El problema es que no están lo suficientemente bien trabajadas como para funcionar con agua. Si llueve, las cámaras quedan prácticamente inutilizadas por la humedad. Y si metes el coche por zonas de barro o agua, olvídate de tener una buena visibilidad. Al mismo tiempo, y viendo cómo trabaja Mercedes-Benz por precios similares, la calidad de la imagen podría mejorarse.
LA CAJA
Sobre la caja, más de lo mismo. Cuando Ford se centra en hacer las cosas bien, lo consigue con creces. Y la caja tiene todo lo necesario para que hagas lo que necesites. Incluso la cubierta, electrónica y con apertura automática a través de la llave, hace su función. No hay mucho más que añadir a excepción de que las zonas de “ataque” de la caja, donde meternos para colocar el equipaje o lo que tengamos que colocar están pensadas por quienes saben lo que necesitan sus usuarios. En otros modelos no hemos visto tanto “sentido común” a la hora de ubicar lo necesario en la caja.
LA SENTENCIA
Si quieres una pick up, es tu opción. Calidad-precio es absolutamente inmejorable, viendo a la competencia y sus precios. Y pese a que a nivel tecnológico esta Ford Ranger adolece de cierta falta de una mayor calidad, lo cierto es que en su medio natural (y trabajándola donde tiene que estar) es una máquina con pocos rivales. Solo hay que tener en cuenta eso. Las dimensiones que vas a adquirir, que no siempre son útiles dependiendo del lugar, y algunas cuestiones de calidad de producto que sí vemos en otros modelos de otras marcas como la Hilux.
Solo queremos lanzar un aviso a navegantes. Esta Ford Ranger Platinum no es un coche que te vaya a facilitar la vida en el día a día. Meterlo en un parking, aparcar en ciudad o meterlo por algún casco histórico de cualquier ciudad o pueblo puede convertirse en un problema. No olvides que hablamos de un coche de 2 metros de ancho y de más de 5 metros de largo…
