Pocas veces uno se sube al volante de lo que parece el futuro sobre ruedas. El nuevo Mercedes-Benz Clase E es uno de los berlina más llamativos y espectaculares en el sentido más estricto de la palabra en el que nos hemos subido desde CHASIS CERO. Es el último grito tecnológico. Y es quizá ese despliegue de pantallas, luces y visión holográfica el que a veces puede apabullar al conductor. Pero si te haces al coche, tendrás una experiencia única y, desde luego, un vehículo único en su especie.
Hablamos de uno de los pocos coches en los que es una imperiosa necesidad tener un cuaderno y un bolígrafo para tomar notas sobre las 1.001 prestaciones que ofrece, pero con este Mercedes-Benz Clase E todo cambia. En esta prueba empezaremos por las sensaciones más inmediatas, los gadgets tecnológicos más intuitivos para luego detallar todo lo que esconde en la pantalla central. Pero desde luego que el coche da mucho que hablar y la sensación general se puede resumir en una palabra: apabullante.
EMPECEMOS POR LO BÁSICO
Cuando te subes a un coche como este, es fácil que las luces, las pantallas y los miles de colores que invaden el interior te hagan olvidar que estás en un coche. Desde luego que quien se compre un Mercedes-Benz Clase E no lo hará solo por sus prestaciones al volante, pero el motor merece la pena un apartado porque el fabricante alemán ha conseguido lo que se propuso. La unidad a la que nos hemos subido desde CHASIS CERO es de combustión, concretamente el modelo 220d. Hablamos de un cuatro cilindros en línea con 197 caballos (más 23 del eléctrico, pues es semihíbrido y goza de una útil etiqueta ECO), 1.993 centímetros cúbicos que tiene dos enormes cualidades a destacar.
La primera de ellas es el consumo. Este motor que no se queda corto en ningún momento, con un par interesante y con una potencia más que sobrada para moverse tiene un consumo realmente impresionante. Si viajas por autovía o autopista y mantienes un ritmo estable, puedes clavar el consumo en los 4,5 litros a los 100 kilómetros. Si tienes en cuenta que el depósito es realmente amplio, bien puedes recorrer 1.200 kilómetros con una parada en la gasolinera.
La segunda de esas cualidades es la suavidad, insonoridad y comodidad de este motor de cuatro cilindros de Mercedes-Benz. Es tal el confort al volante que incluso uno puede pensar que es aburrido, pues si acompañas este motor con la experiencia de usuario tan ligada a la realidad aumentada, te puedes olvidar de que Mercedes-Benz sabe hacer motores. Aún así, si quieres una experiencia al volante ligada a la conducción o a la deportividad, quizás este no sea tu coche, pues te olvidarás de los cilindros en cuanto te sientes en estos asientos que incluso tienen masaje.
UNA DINÁMICA “PESADA”
Al volante, la sensación es que el exterior solo existe en las pantallas del propio coche, que no son pocas. Sin embargo, hemos considerado importante añadir este apartado porque merece la pena hablar sobre cómo es casi imposible notar la velocidad al volante de este Mercedes-Benz Clase E, pero el peso del coche (1.915 kilogramos en vacío) le juega una mala pasada al vehículo a altas velocidades y en plena curva. Al margen de este pequeño detalle, en el que se nota que el chasis no es todo lo deportivo que sí sería un AMG, subirse en este Clase E es una experiencia íntimamente relacionada con la comodidad, el confort y el lujo.
Al mismo tiempo, hay que mencionar con detalle los asistentes a la conducción. No te sales de carril sin que se manifieste este sensor de una forma especialmente violenta, como sí ocurre con otros fabricantes. El detector de ángulo de punto muerto y las mil cámaras que graban en 360º alrededor del coche hacen que el vehículo sea plenamente consciente de todo lo que ocurre a su alrededor. En ocasiones puede ser hasta agobiante el continuo pitido, pues no eres capaz de identificar de primeras si te has salido de carril, si hay un coche en el ángulo muerto o si te han pasado demasiado cerca en una zona urbana. Pero entendemos que esto es cuestión de adaptarse y de acostumbrarse.
UN INTERIOR DE PELÍCULA
Es aquí, dentro de este vehículo, donde uno se da cuenta de por qué este Mercedes-Benz Clase E tiene un precio de partida de 63.500 €, que no es poco, precisamente. El fabricante alemán ha buscado destacar en cuanto a su equipamiento tecnológico y ha buscado hacerse un hueco en este futuro del automóvil dando un golpe encima de la mesa.
Todo son pantallas. La consola central es realmente grande, la pantalla del cuentarrevoluciones tampoco se queda corta y sorprende la pantalla del copiloto (con la que puedes hacer absolutamente lo que quieras, desde manejar la música hasta consultar el GPS). Y, por último, digna de mención es la visión holográfica que se refleja en el cristal del conductor donde se ve la velocidad, la señal de máxima velocidad leída previamente por las cámaras que lleva el Mercedes-Benz Clase E e incluso el GPS.
LA (EXCESIVA) CONSOLA CENTRAL
Lo puedes manejar todo. Navegación, teléfono, radio, medios, apps, confort, información del coche, ajustes, dispositivos conectados y otros. Incluso sobre ella hay una cámara que puedes seleccionar para verte que a su vez detecta la fatiga (aunque no es infalible, pues si te da el sol de cara y “achinas” los ojos también considera que estás cansado). Contar todo lo que ofrece desde un punto de vista técnico nos puede llevar todo el artículo, pues, de hecho, requiere un manual de instrucciones. Por ello vamos a hacerlo de otra forma: por orden de “utilidad”.
Por supuesto, ni que decir tiene que dispone de bluetooth y que literalmente es tener un iPhone de gran tamaño desde el que puedes gestionarlo todo. Sin embargo, la Siri de Mercedes-Benz funciona particularmente bien para todo: quieras hacer lo que quieras, puedes pedírselo al coche y responderá rápido, especialmente cuando le pides una ruta GPS. Y es ahora donde entramos en uno de los puntos más fuertes y a la vez débiles de este Clase E.
Literalmente, la consola central valorada en 1.873,68 € es un ordenador. Puedes ver una película en ella, puedes acceder a las redes sociales o usar cualquier aplicación que usarías con un teléfono móvil. También se maneja hasta Spotify para gozar del sistema de sonido surround Burmester que calza de serie. Desde ella también se controlan todos los asistentes a la conducción anteriormente descritos, los modos de conducción y la parte del confort, donde aparecen modalidades más cercanas a una novela de ciencia-ficción.
LAS OTRAS PANTALLAS
Las otras pantallas son auxiliares, pero el fabricante alemán se ha preocupado por añadir detalles únicos que no comparten sus competidores en el segmento automotriz. El cuentarrevoluciones tiene un punto curioso. El GPS, que se ve en las tres pantallas y del que hablaremos más adelante, se ve con “profundidad” para dar un efecto más moderno. En este display se ven las señales de tráfico (de velocidad), si el coche está en drive (D), R, N o P (se manejan con una palanca como la del limpiaparabrisas clásico), un indicador sobre si nos salimos del carril u otro que informa sobre si llevas las manos al volante (es tentador soltar más de la cuenta el mismo dado que el corrector de carril funciona especialmente bien).
Sobre la pantalla del copiloto, poco que añadir. Es un iPad con el que manejar casi todas las funciones multimedia del Mercedes-Benz. Si no hay copiloto, se queda en una elegante brújula que no molesta más de lo necesario.
Sobre la visión holográfica, es la misma información del cuentarrevoluciones resumida. Exactamente la misma, solo que no tienes que apartar la visión de la carretera para tenerla. Incluido el GPS. Donde aparece tímidamente simplificado.
¿PATINAZO? UN GPS ESPECTACULAR QUE TE ATURULLA
El GPS es uno de los puntos más espectaculares y controvertidos del Mercedes-Benz Clase E. Es espectacular porque la realidad aumentada de la consola central (que te hace pensar que estas jugando al Need For Speed), la comodidad de ver la dirección simplificada en la luna del coche o de tenerlo también con profundidad en el cuentarrevoluciones hace que tengas una experiencia única. Es excesivo porque es dinámico, es decir, que va cambiando en función de lo que el coche considere y la forma de decirte la dirección cambia a medida que avanzas, por no hablar de que aparece en las tres pantallas a la vez.
Poner una dirección es fácil, pero una vez arrancas tienes la visión “clásica” en la consola del cuentarrevoluciones, la realidad aumentada (y otra versión clásica) en la consola central y una simplificada que también a veces se alterna con la clásica en la luna del coche, con la visión holográfica. La experiencia de usuario puede ser caótica si no está acostumbrado.
CONFORT DESMEDIDO
Sorpresa para mucho es que los asientos (que son un extra) tienen de todo. Pueden ser de cuero, climatizados y con sistema de masajes. Desde la consola central se puede manejar este confort que puede ser excesivo en algunos casos. Tienes más de cuatro tipos de masajes distintos, para relajarte, para estimularte o para lo que quieras. Al mismo tiempo, hay otros modos en los que el coche te envuelve con imágenes relajantes, masajes y sonidos para que tengas experiencias más inmersivas.
Es aquí, quizás, donde tenemos que darle un excesivo 10 a Mercedes. Han querido desplegar todo lo posible para llevar el confort a otro nivel. Pero decimos excesivo porque nos cuesta imaginar que alguien vaya a utilizar a lo largo de la vida útil del vehículo todas estas prestaciones.
Otro punto a tener en cuenta es el placentero viaje que puede darse uno en las plazas traseras del vehículo. En el Mercedes-Benz Clase E, el fabricante no solo se ha preocupado por el confort del conductor o del copiloto (quien también tiene acceso a esos masajes). Sino que también se han preocupado porque la experiencia en las plazas traseras sea realmente cómoda.
ALTA DEFINICIÓN
Hemos considerado oportuno dedicar un pequeño y leve apartado a la alta definición de las cámaras que monta este Mercedes-Benz Clase E. Tanto para la realidad aumentada del GPS como para aparcar, se nota la diferencia respecto a sus competidores. Ya es difícil encontrar vehículos modernos que no lleven el sistema de aparcamiento con visión 360º, pero la calidad de la imagen se nota, y mucho, con este Mercedes. También cuando uno quiere poner la cámara interior.
CONCLUSIÓN Y SENTENCIA
Es difícil encontrar una crítica notable a un coche que si le sumas los extras te puedes ir a un precio muy elevado. El precio de partida es de 63.500 €, pero cualquier extra que quieras añadirle te puede llevar 2.000 euros de más. Y hablamos de que tiene muchos. Pero muchos. Quitando esa experiencia con el GPS, lo cierto es que la mayor crítica que se le puede hacer a este coche es su mayor virtud. Y quizás esa anécdota con el navegador puede ser muy ilustrativa.
¿Quién se compra un Mercedes-Benz Clase E? Los estudios de mercado no son precisamente amables con la compra de este tipo de coche por parte de gente más joven. Es un coche para “no nativos digitales”, lo que puede hacer que la mayor virtud de este coche se quede en saco roto en manos de alguien que no quiera sentarse delante de la consola central y explorar con detalle todos los gadgets que presenta este Mercedes-Benz Clase E.
Si el lector es una apasionado de la tecnología y de aprender cosas nuevas, así como del confort y de una conducción “limpia”, es un coche más que recomendable (aún manteniendo esa sobria estética de Mercedes que aleja la pasión de estos coches). Si, en cambio, no quieres adaptarte a cosas nuevas o a un nivel de prestaciones tecnológicas excesivo, este Mercedes-Benz Clase E te puede desesperar por precisamente lo revolucionario que es. Desde luego, Mercedes sigue manteniéndose en lo más alto, pero quizás con tantos cambios está dejando atrás a algunos de sus potenciales compradores; pero… ¿qué marca no lo está haciendo?
