No siempre es cuestión de “enterrar” los errores. La reacción de Ford con respecto a un problema de un inyector de combustible puede tranquilizar a sus propietarios. Es cierto que hablamos de Estados Unidos y es cierto que hablamos de unos modelos relativamente poco frecuentes en España: el Ford Bronco y el Escape.
Pero lo cierto es que su respuesta ha tranquilizado a buena parte de sus propietarios dado que ha mandado una carta para revisar nada menos que 518.993 coches para evitar el fallo que da este inyector. El problema es que si no se hace, los coches pueden arder de forma espontánea. Algo que las marcas acostumbran a enterrar para evitar estigmas mayores. Pero Ford lo ha hecho pese a que estos modelos solo presentan los problemas con un kilometraje superior a los 240.000 kilómetros.
No todos los modelos modernos dan menos problemas que los antiguos. En este caso, Ford ha llamado a revisión solo los modelos de entre 2020 y 2023. Y más concretamente aquellos que presentan el motor más pequeño: de 1,5 litros y tres cilindros. Lo curioso es que Ford ha dado el do de pecho con este asunto porque los fallos posibles que presentan estos modelos los presentan a los 241.000 kilómetros en adelante.
Es decir, que bien podrían haber guardado cierto silencio dado que los problemas “endémicos” de estos motores se presentaban con un kilometraje avanzado, pero Ford se ha hecho responsable de sus errores y ha llamado a revisar nada menos que 518.993 coches.
Desde CHASIS CERO en consonancia con los casos recibidos en GT Automoción, lo cierto es que hemos comprobado que hay lo que podrían ser considerados como “aparentes fallos endémicos” en más de un fabricante y ninguno se ha hecho cargo de las averías.
Hablamos incluso de fallos que se presentan al poco kilometraje y que son comunes a todos los modelos, pero no es raro que el fabricante mire para otro lado e incluso establezca un protocolo a nivel interno para responder a los propietarios que se presenten en el taller oficial con estas averías que la marca reconoce como “endémicas”. Pero no es el caso de Ford. No al menos con el caso de los Ford Bronco y los Escape.
La marca americana ha incluso advertido a los propietarios de los síntomas de esta avería para que la detecten y acuden al taller para la revisión. Se trata de un fuerte olor a gasolina tanto fuera como dentro del coche.
Esto supone que hay una grieta en el motor por donde se escapa el combustible y lo que puede producir una combustión espontánea del coche. Son más comunes de lo que parece estas combustiones, pero los fabricantes intentan evitar reconocer los problemas. Y nos remitimos a un caso concreto estudiado desde CHASIS CERO.
"Cuando el motor está funcionando, un inyector de combustible agrietado podría causar que el combustible o el vapor se acumulen cerca de las superficies calientes, lo que podría provocar un incendio debajo del capó", ha explicado el departamento de comunicación de Ford. Ya no es tanto la avería, sino la respuesta.
También han detallado que los modelos que superen en un futuro los 15 años de antigüedad podrían presentar esta avería. Con estas estimaciones, parece que la marca americana se preocupa por lo que pueda pasar con los vehículos que lanzan al mercado para dentro incluso de 15 años, algo bastante inusual según la experiencia de este medio.
En cualquier caso, el resumen es este. Si el usuario detecta un “fuerte olor a gasolina dentro y fuera del vehículo”, que lo lleve al taller. Y si no lo hace, también debería dado que Ford revisará y arreglará el potencial problema completamente gratis.
