En la actualidad, más del 90% de los coches con motor térmico incorporan turbo. Un elemento que tradicionalmente se ha utilizado para incrementar las prestaciones de los motores y que, en la actualidad, se ha convertido en un componente imprescindible para compensar la pérdida de cilindrada y de cilindros de las mecánicas actuales.
Y el turbo, al igual que cualquier otro componente mecánico, puede romperse, provocando una avería de miles de euros… Y no es para menos, teniendo en cuenta que es un componente que puede girar a más de 200.000 rpm por minuto y alcanzar temperaturas de 700 grados.
Por suerte un turbo no se rompe de un día para otro, sino que comienza a mostrar indicios de fatiga y de estar averiado antes de romperse por completo. Así que si tu turbo sufre alguno de los síntomas que te mostramos a continuación, presta atención.
¿Cómo saber si el turbo de tu coche se va a romper?
El turbo es una pieza compleja que utiliza la energía de los gases de escape para comprimir el aire que ingresa al motor. Cuando se rompe, por lo general muestra una serie de síntomas que indican que hay que acudir. Lo bueno es que son bastante claros.
1. Pérdida de Potencia
Uno de los síntomas más comunes de un turbo roto es la pérdida de potencia en el motor. Si notas que tu coche tiene dificultades para acelerar o alcanzar velocidades elevadas como lo hacía antes, es posible que esté dañado.
2. Humo Excesivo del Escape
Otro indicio de un turbo roto es el humo excesivo que sale del escape. Si ves una gran cantidad de humo negro o azul mientras conduces, podría ser un signo de que el aceite está entrando en la admisión a través del turbo. Esto puede deberse a problemas de estanqueidad en el turbo.
3. El coche suena como una ambulancia
Un turbo en buen estado funciona de manera silenciosa y eficiente. Sin embargo, si escuchas ruidos inusuales provenientes del turbo, como silbidos, zumbidos o chirridos, es probable que haya algún problema.
Los ruidos anormales pueden indicar una fuga en el sistema de admisión, un desgaste excesivo del eje coaxial del turbo o que las paletas del propio turbo están chocando contra la carcasa…
4. Vibraciones en el motor
Cuando el turbo está en mal estado, es posible que sientas vibraciones inusuales en el motor. Estas vibraciones pueden ser causadas por un desequilibrio en el eje del turbo o por problemas con los rodamientos.
Aunque podrás circular durante algunos kilómetros (puede que incluso miles) con el turbo en este estado, lo mejor es acudir cuanto antes a un taller para evitar que se agrave la avería.
5. Testigo de Avería del Motor Encendido
Cuando el turbo se rompe, es posible que se active el testigo de avería del motor en el tablero de instrumentos. Este indicador es una señal de que algo no está funcionando correctamente en el sistema del turbo. Si el testigo se enciende, es importante que lleves tu coche a un taller especializado lo antes posible para evitar daños mayores.
6. Olor a Aceite Quemado
Cuando el turbo está dañado, el aceite puede filtrarse hacia el sistema de escape y quemarse. Esto puede generar un olor a aceite quemado dentro y alrededor del coche. Si percibes este olor persistente, es recomendable que lleves tu vehículo a un taller para una inspección exhaustiva.
Consejos para evitar que el turbo se averíe
Aquí tienes algunos consejos para prolongar la vida útil del turbo de tu coche y evitar problemas en el futuro.
- Asegúrate de que el motor se caliente: Evita dar acelerones bruscos cuando el motor esté frío. Espera a que alcance la temperatura de servicio adecuada para garantizar una lubricación óptima del turbo. El aceite necesita estar lo suficientemente fluido para proteger las piezas del turbo de posibles desgastes prematuros.
- Evita apagar el motor inmediatamente: Cuando realices una aceleración intensa, es recomendable dejar que el motor se enfríe un poco antes de apagarlo. Esto permitirá que el eje del turbo reciba una lubricación adecuada, evitando posibles desgastes innecesarios.
- Utiliza el aceite recomendado: Es importante utilizar el tipo de aceite recomendado por el fabricante de tu coche. El uso de un aceite incorrecto puede provocar desgastes prematuros en los casquillos del eje del turbo y obstrucciones en el conducto de subida de aceite. Verifica el manual del propietario para conocer las especificaciones correctas.
- No apagues el motor de golpe: Al finalizar tu recorrido, permite que el coche permanezca al ralentí durante unos minutos antes de apagarlo. Esto ayudará a que el aceite del turbo se enfríe adecuadamente, evitando la carbonización y prolongando la vida útil del componente.
Siguiendo estos consejos, podrás mantener el turbo de tu coche en buen estado y evitar reparaciones costosas. Recuerda que un mantenimiento adecuado y una conducción consciente son clave para cuidar de tu vehículo y disfrutar de un rendimiento óptimo.
