El malestar en Land Rover es más que notable. Tanto, que las propias matriculaciones hablan de ello, así como la previsión de reducir algunos concesionarios oficiales (especialmente de Jaguar). A nivel interno, se respira tensión, tal y como ha podido comprobar CHASIS CERO. Tanto es así, que ni la leve mejora obtenida en 2023 respecto a las ventas y matriculaciones de 2022 ha sido suficiente para controlar la inquietud interna que se respira en la delegación española. Ni los cinco años de garantía expuestos por la matriz han sido capaces de calmar los ánimos.
En España tan solo se han matriculado 2.575 vehículos en lo que va de año, según datos de la DGT. Sin embargo, y pese a que ya supone una mejora respecto a los 2.180 vehículos vendidos en 2022, lo cierto es que las previsiones internas eran infinitamente más optimistas de lo que se ha visto en los informes oficiales de Tráfico o de ANFAC.
De momento hablamos de una mejora del 18% respecto al año anterior. Pero lo cierto es que fuentes internas de Land Rover han confirmado que esperaban ya en 2022 recuperar los niveles de venta prepandemia, es decir, los de 2019; esos mismos que hablaban de más de 6.000 vehículos matriculados. El fracaso es notable pese a la leve mejoría. Y mientras Land Rover sigue lidiando especialmente con los problemas de sus motores, lo cierto es que las expectativas internas ya no son tan optimistas como lo fueron al salir de la pandemia. Ahora, con mantener el ritmo de crecimiento se prevé que la luz al final del túnel se verá con más claridad en 2024.
La idea de Land Rover era la de mejorar el sistema de abastecimiento de piezas, lo que supondría un auténtico cambio respecto a las ventas que pondría fin a ese hundimiento paulatino que han visto desde 2017. Ni “San Evoque” pudo salvar a la marca. Pero lo cierto es que las pretensiones internas, filtradas a CHASIS CERO, dejan claro que eran infinitamente más elevadas de lo que se está viendo en las cifras de matriculaciones de la Dirección General de Tráfico.
Los propios comerciales de Land Rover, tal y como han comentado afectados a este diario digital, ya venden a sus potenciales clientes que esos problemas mecánicos tan graves son cosa del pasado. Que los nuevos modelos vienen infinitamente más refinados que los anteriores. Sea como sea, lo cierto es que las expectativas internas en 2022 eran infinitamente superiores y preveían recuperar las más de 6.000 matriculaciones en 2022. La realidad fue nefasta. Tan solo colocaron 2.180 vehículos.
Las expectativas internas se han rebajado. Pero también se ha puesto en tela de juicio el funcionamiento interno del equipo, pues hasta ahora los departamentos están tan diferenciados que en algunos casos la comunicación interna es escasa, según fuentes internas.
La situación, sin embargo, mejora paulatinamente y con timidez.2023 será el primer año de la última racha en el que se verán mejoras sustanciales en cuanto al ritmo de matriculaciones, pero en ese contexto llega un nuevo reto al que Land Rover no se ha lanzado con total claridad aún (aunque lo hará con total seguridad): la electrificación.
Desde Tata Motors, matriz de Land Rover, tienen claro que la electrificación dará un giro de 180º a la situación que vive el fabricante inglés. Pero no solo a Land Rover, sino también a Jaguar, otra de las marcas que está sufriendo con verdadera severidad los golpes de la falta de fiabilidad de los motores que han puesto en marcha los nuevos dueños del grupo inglés.
