Fabricantes

¿Está Audi un poco desesperada?

¿Por qué la firma de los cuatro aros quiere comprar plataformas eléctricas a China?

Por si no lo sabías, Audi está sumida en un proceso de electrificar por completo su gama de tal forma que, para 2030, no haya ni un solo motor de combustión interna en su oferta. Eso está causando verdaderos dolores de cabeza a las marcas, y especialmente a Volkswagen. A razón de ello, recientemente se ha tanteado la idea de que Audi compre una arquitectura eléctrica de una empresa china para producir sus propios coches eléctricos puros.

Automobilwoche reveló justo eso el 9 de julio, y tres días después supimos que el fabricante alemán está a punto de firmar un acuerdo con SAIC para usar una plataforma desde el primer momento. Sin embargo, lo que nadie ha hecho hasta la fecha ha sido profundizar en el por qué la firma de los cuatro aros está haciendo eso. La respuesta rápida es la desesperación. Una desesperación por lanzar nuevos productos al mercado que no llegan ante la falta de suministro de componentes y la tardía gestación de sus propias plataformas.

Las fuentes de la historia afirman que Audi decidió comprar una arquitectura eléctrica china porque el desarrollo de la Plataforma de Sistemas Escalables (SSP) está tomando demasiado tiempo. Eso sería un auténtico reconocimiento de la derrota si fuera cierto, pero no lo es. Ya en marzo de 2021, Volkswagen dijo que el esqueleto SSP respaldaría al primer vehículo del “Proyecto Trinity” en 2025, y que llegaría a las calles un año después. Eso no ha cambiado: Audi ahora dice que ese coche con la base SSP será estrenado en 2026.

Pero la desesperación de Audi surge por otro motivo: no puede esperar tanto en el mercado chino, el más grande del mundo y el más importante para el grupo. La compañía calculó mal la velocidad de cambio en China, que dominó hasta que BYD la venció a principios de 2023, lo que debe haber activado las alarmas dentro de la alta dirección de Volkswagen. Recordemos que Ralf Brandstätter, exdirector ejecutivo de la firma de Wolfsburgo, se mudó a China para ocuparse personalmente de los negocios locales en agosto de 2022. 

La cosa es que el gobierno chino ha estado presionando por los vehículos eléctricos durante bastante tiempo. Las megalópolis del gigante asiático se enfrentan a un terrible problema de contaminación que cubre los cielos con una espesa capa de humo en los peores días y los gastos médicos acarreados en enfermedades respiratorias deben haber llevado al gobierno a determinar que los eléctricos eran la salida más fácil. En un país que procesa la mayoría de las materias primas para las baterías del mundo, eso tenía mucho sentido.

Audi Grandsphere Concept 2021
Audi Grandsphere Concept (2021)

Los fabricantes de automóviles locales también fueron lo suficientemente inteligentes como para convertir eso en una ventaja competitiva, mientras que las marcas extranjeras se han centrado en lo que venden en otros lugares de mundo: vehículos con motor de combustión. Cuando el resto del globo decidió que la electricidad era “la clave” para combatir el cambio climático (incluso si no lo son) los fabricantes chinos ya estaban a la vanguardia. Aparte de Tesla, todos los demás llegaron tarde a desarrollar sus ofertas eléctricas, particularmente en China, donde ahora son necesarios para lograr buenos números de ventas. 

Volkswagen pensó que la familia ID y la plataforma MEB sería suficiente para tener un buen rendimiento en el mercado más grande del mundo, pero no fue así. Ni siquiera funcionaron en Europa, donde la empresa ha tenido que reducir la producción porque la demanda está siendo demasiado baja. Y todo ello tras una inversión por parte del Grupo Volkswagen que ahora supone, inevitablemente, una nueva etapa de recortes de gastos (10.000 millones de euros en tres años) sufriendo aún las secuelas del escándalo Dieselgate (2015).

Audi RS 6 Avant e-tron Concept (2022)
Audi RS 6 Avant e-tron Concept (2022)

Por lo tanto, la forma más rápida de abordar la situación es utilizar una plataforma que ya existe. Y este no sería el primer caso de una empresa extranjera que utiliza una plataforma china para construir sus eléctricos. Toyota hizo eso mismo en octubre de 2022 con BYD y el bZ3, una especie de Corolla Sedán eléctrico. La marca japonesa, probablemente, tenga otros modelos eléctricos en preparación para el mercado chino, todos ellos hechos en asociación con BYD, la compañía que ahora lidera las ventas allí en lugar de Volkswagen.

En el caso de Toyota, eso tiene que ver con la certeza de que los vehículos eléctricos todavía necesitan una mejor tecnología para convertirse en la corriente a seguir, razón por la cual la casa de Aichi está esperando a tener listas las baterías de estado sólido. Su alianza con BYD le permitió seguir vendiendo coches en China hasta que sus baterías revolucionarias estén listas. En otras palabras, la asociación con el fabricante chino es una forma de ganar tiempo en un mercado relevante. Toyota podría incluso considerar traerlos a Europa.

Toyota bz3 2023
Toyota bz3 (2023)

Sin embargo, la situación del Grupo Volkswagen es muy distinta. Decidió convertirse en una empresa de eléctricos e invirtió miles de millones para lograrlo. Los de Wolfsburgo declaran a menudo que el hidrógeno y los híbridos son una pérdida de tiempo, y que los eléctricos a batería (BEV) son el futuro. Pero en el camino, no reconoce las deficiencias que presentan estos vehículos, como la duración de la batería y los tiempos de carga. Si a eso sumamos el precio de los coches y la falta de infraestructura, entendemos que no cuajen.

Para una empresa que apuesta por los eléctricos puros, no tener los productos correctos o el calendario adecuado para los nuevos modelos puede convertirse en una emergencia. Esta es la razón por la que probablemente Audi esté pidiendo ayuda china. Aquí es donde entra Motores IM, empresa perteneciente a SAIC, y una con la que Volkswagen tiene una estrecha colaboración en el mercado de automóviles más grande del mundo Hasta hace muy poco, esa era la única forma en que las marcas extranjeras pudiese vender en China.

Aprovechando esta joint-venture, la compra de la plataforma se haría con un antiguo socio. En cierto sentido, ahora le toca a SAIC de rascarle la espalda al empresa alemana. La cosa es que nadie lo vio venir, principalmente por lo orgulloso que siempre ha estado Volkswagen de su equipo de ingeniería. Si se confirma la compra de la plataforma, será interesante ver cómo Audi justificará su impulso por una arquitectura competitiva que el Grupo Volkswagen no sabía que necesitaría tan pronto. Y sí, se podrá decir que es un Audi made in China.